Respecto a la asistencia humanitaria, en el proyecto de resolución se señala que habría una "autorización para que los estados miembros adopten todas las medidas necesarias para posibilitar el retorno a Libia de las agencias humanitarias y asegurar la rápida y segura ayuda a quienes lo necesiten".
domingo, 27 de febrero de 2011
ONU acuerda juzgar a Gadafi por crímenes de guerra
sábado, 26 de febrero de 2011
Gadafi: "Quienes no me quieren no merecen vivir"
Mientras las revueltas avanzan en Libia, el líder de ese país, Muamar Gadafi reapareció en público en la Plaza Verde de la capital Trípoli para arengar a sus seguidores.
“Podemos repeler cualquier ataque y armar al pueblo si es necesario. Todo intento extranjero será rechazado, al igual que en derrotas que les hemos infligido ya en el pasado”, expresó Gadafi.
En otra parte de su discurso exclamó que “¡ésta es la verdadera revolución!”.
“¡Que vengan, que nuestra fuerza les derrotará! ¡Nuestra es la realidad revolucionaria! ¡Nuestra es la fuerza de la revolución verde! ¡Moriremos aquí!” señaló
También amenazó a sus opositores: “¡Quiénes no me quieren aquí no merecen vivir!”
Mientras el dictador permanece atrincherado, los disidentes se enfrentan contra las fuerzas especiales del régimen y contra mercenarios africanos de casco amarillo conocidos por su crueldad.
miércoles, 23 de febrero de 2011
Un Gadafi desafiante promete morir como un martir
Gadafi, ataviado con una túnica marrón, se mostró furioso y golpeó el atril ante el que hablaba el martes en el exterior de una de sus residencias, dañada en 1986 en un bombardeo en el que Estados Unidos intentó asesinarlo. A su lado se erigía un monumento de un puño gigante aplastando un jet estadounidense.
"No voy a dejar esta tierra, moriré aquí como un mártir", dijo Gadafi en el canal estatal, negándose a ceder a las demandas de algunos de sus propios ministros, diplomáticos, soldados y manifestantes que han desafiado la dura represión y pedido que se marche.
La última deserción de las filas oficialistas llegó de la mano de un importante asesor de su hijo Saif al Islam.
"Dimití de la Fundación Gadafi el domingo para expresar mi horror ante la violencia", dijo Yusef Sawani en un mensaje de texto enviado a un corresponsal de Reuters. Sawani era el director ejecutivo de la fundación, considerada el principal vehículo de Saif al Islam para utilizar su influencia.
Las masivas protestas en los vecinos Túnez y Egipto derrocaron a sus veteranos presidentes, pero Gadafi dijo que no se irá por la rebelión que barre este país petrolero de siete millones de habitantes, que se extiende del Mediterráneo al Sáhara.
"Me voy a mantener aquí desafiante", agregó Gadafi, quien ha gobernado con una mezcla de populismo y estrecho control desde que llegó al poder en 1969 con un golpe de Estado.
En Nueva York, el Consejo de Seguridad de la ONU condenó el martes por la noche el uso de la violencia en Libia e hizo un llamamiento para que los responsables de los ataques contra civiles rindan cuentas ante la justicia.
La agitación en Libia, que produce casi el dos por ciento del petróleo del mundo, envió los precios del crudo Brent de Londres por encima de los 108 dólares el barril, un máximo en dos años y medio, y desencadenó el peor día en Wall Street desde agosto debido a que los inversores.
La Casa Blanca dijo que la comunidad internacional debe unir su voz ante la "atroz violencia" en Libia y la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, señaló que su país tomará "medidas apropiadas" en su momento.
Pero Washington tiene poca influencia sobre Libia, que había sido su adversaria hasta que en 2003 la nación africana accedió a abandonar un programa de armas de destrucción masiva y actuó para resolver las reclamaciones por el atentado de Lockerbie en 1988.
Gadafi no cede. En su exaltado discurso de 75 minutos afirmó que los manifestantes son "ratas y mercenarios" que merecen la pena de muerte. Afirmó que enviaría gente para "limpiar Libia casa por casa" a menos que se rindan.
También instó al pueblo tomar las calles para mostrar su lealtad. "Todos aquellos que aman a Muamar Gadafi, salid a las calles, no tengáis miedo de ellos (...) Persegudlos, arrestadlos, entregadlos a las (fuerzas de) seguridad", pidió.
LSegún l agencia de noticias oficial, Gadafi habló con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, al que le dijo que "Libia está bien, su pueblo está (...) aferrándose a su seguridad".
Sin embargo, el ministro británico de Exteriores, William Hague, señaló que hay "muchos indicios de que la estructura del Estado (se está) colapsando en Libia". Varios países europeos y de la región están intentando evacuar a sus ciudadanos en Libia por avión.
En una señal de su creciente aislamiento, diplomáticos libios en Naciones Unidas y otros países rompieron filas e instaron a las naciones extranjeras a ayudar a detener la violencia.
Perú, que no tiene una embajada en Libia pero si un embajador en Trípoli, suspendió sus relaciones diplomáticas con el país africano mientras "no cese la violencia en contra del pueblo".
Algunos ministros y embajadores han abandonado a Gadafi.
La cadena Al Yazira informó de que el ministro del Interior libio, Abdel Fattah Younes al Abidi, dimitió para apoyar la revuelta. El canal emitió un vídeo que mostraba a Abidi sentado en su escritorio leyendo un comunicado en el que también instó al Ejército libio a unirse al pueblo y a sus "demandas legítimas".
¿CONTROL DEL GOBIERNO?
Varios cientos de personas participaron el martes en una marcha en favor de Gadafi en la plaza Verde del centro de Trípoli, según un reportero de Reuters en el lugar. Exclamaron lemas como "¡Nuestro líder!" y "¡Seguimos tu camino!" y ondearon banderas verdes libias y levantaron retratos del líder.
"Hay varios cientos de partidarios (de Gadafi) abriéndose paso por el centro de la ciudad. Van en coches, haciendo mucho ruido y llevando su retrato", dijo un vecino de esta ciudad costera de dos millones de habitantes clave para controlar Libia.
Un portavoz de Gobierno acusó a los medios internacionales de exagerar la gravedad de la situación en el país. Pero grandes extensiones del país ya no están bajo control del Gobierno.
En Sabratah, unos 80 kilómetros al oeste de la capital, las fuerzas armadas desplegaron a un "gran número" de soldados después de que manifestantes destruyeran casi todas las oficinas de los servicios de seguridad, según el diario online Quryna.
El este de la nación productora de gas y crudo ya no está bajo control de Gadafi, según dijeron varios soldados rebeldes en la ciudad de Tobruk a un periodista de Reuters en el lugar.
Residentes de Tobruk aseguraron que la ciudad llevaba tres días en manos del pueblo y que el humo visible procedía de un depósito de municiones bombardeado por soldados leales a uno de los hijos de Gadafi. Se escuchaban explosiones esporádicas.
"Todas las regiones orientales están fuera del control de Gadafi ahora (...) La gente y el Ejército están juntos aquí", señaló el ahora mayor retirado del Ejército Hany Saad Marjaa.
Al menos 62 personas han muerto en Trípoli en los últimos dos días, además de la cifra de 233 muertos indicada anteriormente, según Human Rights Watch, pero los grupos opositores dan cifras mucho mayores. Naji Abu Ghrouss, un funcionario del ministerio del Interior, dijo que 197 civiles y 111 militares han perecido, pero no ofreció un periodo de tiempo.
"NO RENDIRNOS"
Las noticias de la sangrienta represión han presionado al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para que intervenga y algunos políticos de su país han criticado su silencio y pedido acciones militares que van desde bombardear las bases aéreas libias hasta bloquear zonas del espacio aéreo.
La agencia de refugiados de Naciones Unidas (ONU) exhortó a los vecinos de Libia a dar refugio a quienes huyen de los disturbios. Cientos de refugiados se dirigían a Egipto a bordo de tractores y camiones, describiendo una ola de matanza y pillaje desatado por la revuelta.
En la ciudad oriental de Al Bayda, uno de sus vecinos, Marai Al Mahry dijo por teléfono a Reuters que 26 personas, incluyendo a su hermano Ahmed, murieron a tiros durante la noche a manos de leales de Gadafi. "Te disparan sólo por caminar por la calle", dijo, llorando inconsolablemente mientras pedía ayuda.
Los manifestantes eran atacados con tanques y aviones de guerra, aseguró. "Lo único que podemos hacer ahora es no rendirnos, no entregarnos, no retroceder. Moriremos de cualquier forma, nos guste o no. Está claro que no les interesa si vivimos o no. Esto es genocidio", dijo Mahry, de 42 años.
Los nuevos líderes militares de Egipto, que asumieron el poder tras el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak el 11 de febrero, dijeron que el principal cruce con Libia estará abierto las 24 horas del día.
En el lado libio de la frontera con Egipto, rebeldes anti Gadafi armados con palos y rifles de asalto Kalashnikov daban la bienvenida a los visitantes. Uno de ellos sostenía una foto de Gadafi con el lema "el tirano carnicero, asesino de libios", reportó un corresponsal de Reuters que cruzó a Libia.
martes, 22 de febrero de 2011
Gadafi confirma que sigue en Libia tras una jornada de sangrienta represión en Trípoli
- El líder libio aparece en TV solo para decir que sigue en el país
- Aviones militares han bombardeado a los manifestantes, según varias fuentes
- La comunidad intenacional condena al régimen y varios altos cargos dimiten
El líder libio, Muammar Gadafi, ha aparecido en televisión para negar los rumores de su huida tras una sangrienta jornada de represión que ha causado al menos 250 muertos en Trípoli tras los bombardeos de los aviones del Ejército libio, según Al Jazeera. La comunidad internacional ha expresado de forma generalizada su condena.
Entrada la madrugada de este miércoles, Gadafi ha hecho una brevísima intervención en la televisión estatal. “Es solo para demostrar que estoy en Libia, no en Venezuela, contrariamente a lo que afirman las emisoras de los perros”, he dicho el presidente libio, al que durante el día han abandonado varios altos cargos del régimen en señal de protesta.
Gadfafi ha aparecido por primera vez desde que seiniciaran las revueltas y después de una violenta jornada este martes en la que, según informa la cadena árabe Al Jazeera, aviones militares han bombardeadovarios barrios de la capital libia.
La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), con sede en París, ha asegurado que los manifestantes controlan varias ciudades de Libia, como Bengasi y Sirte, y ha elevado hasta cerca de 400 el número de personas muertas en la represión de las protestas.
“Lo que está ocurriendo es inimaginable. Aviones de guerra y helicópteros están bombardeando de forma indiscriminada una zona tras otra. Hay muchos, muchos muertos”, ha relatado a Al Jazeera Adel Mohamed Saleh, un activista político. Debido al bloqueo informativo, resulta muy difícil confirmar estas informaciones.
Mercenarios contra la población civil
Sin embargo, hijo mayor de Gadafi y presunto sucesor, Saíf Al Islam, ha negado esas informaciones y ha asegurado que los bombardeos se han producido sobre depósitos de armas lejanos a las zonas urbanas.
Por otra parte, según han informado grupos de derechos humanos y algunos testigos citados por las agencias internacionales, por la capital han circulado en vehículos grupos de hombres armados que han abierto fuego sobre los civiles y han causadonumerosos muertos en los barrios de Fachlum y Tajura, según el diario electrónicoQuryna, próximo a Saif Al Islam.
Según varias agencias internacionales, varios edificios gubernamentales de la capital han sido pasto de las llamas durante la mañana de este lunes, entre ellos, el Parlamento libio.
Al Jazeera también ha difundido imágenes de videoaficionado de cadáveres mutilados en Bengasi, principal escenario de las revueltas en estos días pasados y donde algunas fuentes dicen que el régimen ha perdido el control.
El régimen pierde apoyos
Por otra parte, el ministro libio de Justicia, Mustafa Abdeljalil, ha presentado su dimisión en protesta por la "sangrienta situación" de su país y la violenta represión de los manifestantes, según Quryna. También lo ha hecho el ministro de Estado de Emigración, Ali Errichi, que se encontraba de viaje en EE.UU y que ha pedido formalmente al líder libio que abandone el poder, según Al Jazeera.
El Consejo de Seguridad de la ONU va a celebrar una reunión a puerta cerrada este martes para discutir la crisis en Libia, según han informado fuentes diplomáticas. La reunión ha sido solicitada por el embajador de Libia, Ibrahim Dabbashi, que el pasado lunes anunció su apoyo a los manifestantes y pidió la dimisión de Gadafi.
A ellos se han sumado, según informa la misma cadena, un grupo de oficiales, que ha lanzado un comunicado en el que instan a los soldados a “unirse al pueblo” en las protestas.
Desde Egipto, el influyente y radical clérigo musulmán Youssuf Al Qadaradwi, ha lanzado una fetua o sentencia islámica en la que pide al ejército que mate a Gadafi para “liberar a Libia”.
Reacción internacional inmediata
La condena internacional contra la represión desatada por el régimen libio ha sido unánime. El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, se ha declarado indignado y ha manifestado que, de confirmase los informes, estos ataques “supondrían una seria violación de la ley humanitaria internacional”.
Por parte, la secretaria de Estado de Estados Unidos ha pedido al gobierno libio que detenga “el inaceptable derramamiento de sangre”, mientras que los ministros de Exteriores de la Unión Europea han exigido a las autoridades del país el fin "inmediato" del uso de la fuerza.
En España, el Gobierno ha recomendado a los españoles en el país norteafricano que regresen con el apoyo de la embajada. Sin embargo, la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, ha afirmado que no prevé organizar una evacuación de sus ciudadanos en Libia.
El secretario general de la Liga Árabe, Amro Musa, ha expresado su "gran preocupación" por lo que sucede actualmente en Libia y ha pedido que se ponga fin al derramamiento de sangre y a todos los actos de violencia.
TENSIÓN EN LIBIA
Libia amanece este lunes en medio de una nueva escalada de tensión. La sede central del Gobierno libio, el edificio que alberga el Ministerio de Justicia en Trípoli y una comisaría de policía han sido incendiados por los manifestantes que reclaman la caída del régimen de Muammar Gaddafi, según informa el periodista libio Nezar Ahmed a la televisión Al Jazeera.
Las ciudades de Bengasi y Sirte han caído en manos de los manifestantes a raíz de las deserciones del Ejército, según informa la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), que señala, además, que entre 300 y 400 personas podrían haber muerto desde el inicio del levantamiento.
Las protestas se han extendido hasta Ras Lanuf,una ciudad en la que se encuentra una refinería de petróleo y un importante complejo petroquímico, según informa el periódico libio Quryna. Los empleados de la instalación y residente locales están estableciendo comités especiales para proteger a la compañía de posibles daños.
Ahmed, en conexión telefónica desde la capital libia donde por primera vez han llegado las protestas, ha confirmado también que las fuerzas del orden se han retirado prácticamente de la ciudad y que varias comisarías y otros edificios públicos han sido también incendiados. Además, esta noche el edificio de la radiotelevisión pública libia fue saqueado por los manifestantes.
"No hay prácticamente fuerzas del orden. No se sabe dónde han ido. Esta situación favorece que haya rumores alarmantes por parte de unos y otros", ha explicado el periodista, quien ha mencionado entre ellos la posible huida del país de Gadafi y disensiones entre altos dirigentes del Ejército y de otros cuerpos de seguridad.
El periodista también ha confirmado que anoche hubo manifestaciones con quema de retratos del líder libio en el centro de Trípoli poco después del discurso de su hijo Seif El Islam en el que amenazó con una "guerra civil" si siguen las protestas, y además continuaron los tiroteos.
Por primera vez, la plaza Verde de la capital ha sido escenario de manifestaciones. Durante toda la noche, partidarios de Gaddafi tomaron la plaza para apoyar a su líder.
Al menos 61 muertos en la capital
Ahmed también ha señalado que los habitantes de la capital han comenzado a formarcomités en cada barrio para proteger bienes públicos y privados y que gracias a ellos se ha logrado salvar el principal museo de la ciudad de un intento de incendio.
Por otra parte, fuentes médicas han asegurado a Al Jazeera que al menos 61 personas han muerto este lunes en Trípoli en los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes, aunque sin dar más detalles. La cadena también ha asegurado, citando testigos locales, que algunos miembros de las fuerzas de seguridad han saqueado durante la mañana varios bancos y empresas estatales.
En Bengasi, donde en los últimos días se han producido los enfrentamientos más violentos, continúan los ataques. "La ciudad está bajo control de los grupos opositores. No nos dejan salir. Estamos en nuestro lugar de trabajo y algunas oficinas han sido quemadas. Desde hace dos días no tenemos comida. El agua casi se ha terminado y también el combustible", ha declarado a la cadena NTV Ferhat Karsli, un trabajador turco atrapado en la ciudad libia de Jalu, unos 400 kilómetros al sur de Bengasi.
Karsli ha explicado que él y sus compañeros han hablado con el centro de crisis establecido en el Ministerio de Exteriores turco pero ha asegurado que no hay nada que hacer.
"Se oyen disparos y no son de la Policía"
"Las carreteras hacia esta ciudad han sido destrozadas. Ni el Gobierno libio ni el turco pueden llegar hasta aquí. Hemos llamado al consulado turco en Bengasi y ellos también tienen problemas. De hecho, mientras estaba al teléfono, escuché que allá también se oían disparos", ha relatado.
Los trabajadores han decidido quedarse encerrados en su lugar de trabajo pues "es más seguro que salir a las calles", donde hay "mercenarios extranjeros y gente local peleando entre ellos".
"A medianoche de ayer la gente tomó el control del aeropuerto de Bengasi. Los soldados dejaron las armas y abandonaron el aeropuerto al escuchar que Gadafi había huido del país. La gente tomó las armas (de los soldados)", ha relatado Servet Zengin, otro trabajador turco atrapado en Bengasi, en declaraciones al canal NTV.
Por su parte Hasan Bayrak, en este caso en Bengasi, ha conversado en directo con el canal CNN-Türk y ha asegurado que en las calles de la capital se escuchan disparos y que "no son de las fuerzas de seguridad".
El hombre ha añadido que desde las 15.00 del domingo espera junto a un nutrido grupo de ciudadanos turcos en el aeropuerto de Bengasi a que lleguen los aviones de evacuación.
El aeropuerto, en manos de los rebeldes
Durante el fin de semana, 581 turcos fueron evacuados y el Gobierno de Ankara tenía previsto enviar otros cuatro aviones para sacar a sus nacionales de Libia, que cuenta con una comunidad turca de 13.000.
"Esperamos durante dos días en el aeropuerto. Durante toda la noche se oían disparos en las calles de la ciudad. No había ni soldados ni policía. Algunas empresas y negocios turcos fueron quemados y saqueados, pero no han tratado de lastimar a ninguna persona", ha explicado Aylin Tuna, una mujer que el domingo regresó desde Bengasi.
En cambio este lunes, otro avión enviado por Ankara a Libia hubo de retornar a Turquía sin poder aterrizar porque el aeropuerto de Bengasi se hallaría, supuestamente, en manos de los rebeldes.
La cadena NTV ha explicado que los pilotos del avión de Turkish Airlines no lograron contactar con ningún tipo de autoridad de aviación civil en el aeropuerto, por lo que se vieron obligados a regresar a Turquía. El primer ministro turco ha ordenado por ello el envío de dos ferries rápidos para sacar a sus ciudadanos de Libia.
Más de 2.000 tunecinos huyen de Libia
Y al menos 2.300 tunecinos han logrado escapar de Libia en las últimas horasdebido a los enfrentamientos y han regresado a su país mientras que un millar han mostrado su deseo de salir, según ha informado la agencia tunecina TAP.
El embajador tunecino en Trípoli, Salaheddine Jemmali, ha manifestado que las autoridades tunecinas quieren asegurar la repatriación de la comunidad tunecina en Trípoli "debido a los movimientos de protesta" que se viven en esa nación.
El diplomático, que cifra en 50.000 el número de sus compatriotas residentes en Libia, ha afirmado que no se ha producido ninguna agresión contra los inmigrantes y ha añadido que se mantiene en contacto con las autoridades libias para garantizar el regreso de los tunecinos "tras el cierre de los aeropuertos de Bengasi y Misrata".
Fuente : RTVE.es/ AGENCIAS
sábado, 19 de febrero de 2011
Libia: nueve muertos en tres días de protestas contra el régimen de Kadhafi
Nueve personas murieron en Libia en las últimas 24 horas en enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes, al cumplirse este jueves el tercer día de protestas contra el régimen del coronel Muamar Kadhafi, en el poder desde hace 42 años.
viernes, 11 de febrero de 2011
Renunció Mubarak: ¿Qué viene? Se fue el Faraón
Tras el levantamiento de los tunecinos que tumbaron al presidente Zine El Abidine Ben Alí y las violentas protestas registradas en Argelia, Jordania y otros países árabes, el pasado 25 de enero estalló un movimiento de egipcios descontentos con el régimen de Hosni Mubarak, de 82 años.
Uno de los temores reseñados en los últimos días era la posibilidad de que el Ejército egipcio, que hasta ahora había jugado un papel de mediador, se fracturara, y se produjera un cruento enfrentamiento.
Por esta razón, Carlos Alberto Patiño, director de la Oficina de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional, adujo que el principal reto que tiene Egipto “es mantenerse unido y no entrar en una guerra civil”.
Aún no se sabe qué camino cogerá la revuelta. Los analistas internacionales coinciden en que no es seguro hacia qué sistema político transitará Egipto.
“La gran incertidumbre es a qué tipo de régimen pasará Egipto. Puede ser a la democratización, a la liberalización o a un régimen autocrático reencauchado”, dijo Andrés Molano, profesor de relaciones internacionales de la Universidad del Rosario.
Por ahora, hay elecciones previstas para septiembre y el poder está en manos de una junta militar, en cabeza del vicepresidente, Omar Suleiman, quien será el encargado de facilitar la transición, según se comprometió.
El papel de Suleiman
Omar Suleiman es un veterano de guerra de 74 años, quien desde 1993 hasta el pasado 29 de enero, cuando fue nombrado vicepresidente, fue el director de la Central de Inteligencia Egipcia.
Su posición militar lo convierte en pieza clave en la transición al régimen democrático, pese a que sectores de oposición lo responsabilizan de la violación a derechos humanos y de ser aliado de Israel y Estados Unidos.
Suleiman, quien considera a Mubarak como “padre y líder de la nación”, en reiteradas ocasiones llamó a los manifestantes a volver a su casa y culpó de las protestas a la influencia extranjera.
Un perfil hecho por la cadena Al Jazeera en su versión on line destaca su importante papel como mediador en el conflicto entre palestinos e israelíes. Pero sus críticos han cuestionado sus motivaciones, pues han dicho que actúa “para sofocar el sentimiento popular de Egipto”.
Suleiman tiene el reto de facilitar la transición y cada paso que dé será determinante. Su legitimidad ante las Fuerzas Armadas de ese país, de las mejor equipadas del mundo, cuenta a su favor. No obstante, falta ver cómo devienen los acontecimientos para poder hacer un juicio sobre los resultados de su tarea.
“Por ahora hay una situación prerrevolucionaria. Se derrocó al faraón, pero no hay nada escrito”, dijo Molano. Incluso, no se descarta que con el paso del tiempo surja un vacío de poder que desemboque en un caos.
¿Llegará la democracia?
Egipto ya no será igual y el mundo árabe tampoco. Las revueltas amenazan con extenderse por otros países del Magreb y Medio Oriente en los que los regímenes monárquicos o dictatoriales todavía están vigentes. El malestar se ha extendido a Argelia, Yemen, Mauritania, Jordania, Siria e incluso a Arabia Saudí.
Sin embargo, el problema no es sólo el malestar con el régimen político. No hay que olvidar que las protestas surgieron por el descontento social, por la falta de empleo.
Molano explica que “en el fondo de las movilizaciones en el norte de África hay características estructurales por la transformación demográfica”. En su criterio, hay una nueva generación joven que no se identifica con la política tradicional, que no ha sido absorbida por el sistema económico, permeada por la globalización, más educada y descontenta.
Ahí arrancaron las protestas. Para Ricardo García Duarte, experto en asuntos internacionales y colaborador de Razónpública.com, fue “la masa actuante” la que se movilizó.
“En ella participaron universitarios, jóvenes, trabajadores; básicamente, es una movilización popular. Ahí se origina un cambio profundo y se abren enormes posibilidades. Incluso podría ser la transición a un régimen democrático de secularización avanzada, en un país de mayoría islámica”, dijo.
Para García, el hecho de que las protestas se hayan originado espontáneamente en sectores diversos de la sociedad egipcia es un indicio de que la vía será la democratización de ese país.
El analista destaca que la Hermandad Musulmana, el movimiento de oposición al régimen más antiguo, ortodoxo y organizado, haya participado activamente en la movilización, pero sin figurar, es un buen síntoma.
No obstante, hay quienes dudan de que ese sea el camino que tome la política egipcia, como lo señaló el profesor Patiño. En su criterio, la preeminencia del Islam seguirá jugando un papel determinante.
Los movimientos islámicos
La pregunta que se hacen varios politólogos occidentales es si es posible la coexistencia de un régimen democrático en una sociedad islámica.
Para los musulmanes la religión cunde todos los aspectos de la vida. Eso explica que haya sectores que quieran imponer la Sharia, la ley islámica a rajatabla. Y aunque Mubarak logró mantener un gobierno que separaba la política de la religión, en la vida cotidiana de los egipcios no existía tal separación.
En el proceso de transición jugarán un papel importante los movimientos islámicos, ya sean fundamentalistas o moderados. Para que el proceso sea exitoso esas facciones no pueden quedar por fuera.
En ese sentido, la Hermandad Musulmana, un movimiento transnacional que se mantuvo en oposición al régimen, jugará un papel preponderante. No tanto por su representación política, pues no es mayoría, sino por lo que representa.
Para el internacionalista Patiño, su fortaleza no se define en los términos políticos “occidentales”, es decir, bajo los criterios de organización política de un partido. “Sino porque manejan las escuelas, los orfanatos, los ancianatos, entre otras obras sociales”, explicó.
Esta hermandad, que tiene como lema “el Islam es la solución”, fue fundado en 1928 por el profesor Hassan al-Banna. Al respecto de su posición frente al fundamentalismo islámico las opiniones son diversas. Hay quienes aseguran que en sus orígenes fue un grupo conservador, pero “no violento”. Pero algunas de sus facciones se radicalizaron y enfrentaron al Estado con la violencia.
En Occidente, varios analistas coinciden en que los han satanizado, pues sus enseñanzas inspiraron la creación de grupos fundamentalistas como Hamas, de Palestina.
Sin embargo, en Egipto, la hermandad prefirió jugar un papel discreto. Se ubicó detrás de Mohamed el Baradei, un diplomático egipcio, premio Nobel de Paz, quien fue llamado a liderar las protestas.
La Hermandad se sometió a unos acuerdos básicos. Según Tariq Ramadan, profesor de Estudios Islámicos Contemporáneos en Oxford, “los líderes de los Hermanos Musulmanes han hecho ver que no es momento de destacarse y plantear exigencias políticas que pudieran asustar a Occidente, e incluso al propio pueblo egipcio. El lema es: Prudencia”.
Mohamed el Belthagi, un exparlamentario de la Hermandad, aseguró que para las elecciones de septiembre el movimiento no presentará un candidato. En una entrevista reciente con la Cadena Ser de España, indicó que “los Hermanos Musulmanes no queremos instalar un estado islámico, queremos un estado civil”. También sostuvo que no han recibido dinero de Hezbollah o de Hamas.
A pesar del perfil bajo que ha querido jugar, el movimiento es una de las organizaciones más respetadas y organizadas de la oposición. Por eso su participación será clave.
No obstante, como el mismo exparlamentario lo reconoció, esta fue una movilización popular. Los líderes del movimiento ya no representan las aspiraciones de los más jóvenes ávidos de verdaderas reformas y fascinados con el ejemplo de Turquía.
Cada país del Medio Oriente tiene su historia y en cada uno el Islam y los movimientos islámicos juegan un papel distinto. No se puede pensar que el futuro de Arabia Saudí, Siria y Jordania será el mismo.
Para el caso de Egipto, en el trasfondo están sus particularidades, los 30 años de dictadura, el papel de las Fuerzas Armadas y la espontaneidad de sus manifestantes. Su futuro depende de cómo juegue cada uno de esos factores.